En su tarea de reconocer y compartir un método de trabajo para actrices y actores, el creador del Teatro de Arte de Moscú, Konstantin Stanislavski, identificó tres proposiciones que orientan la imaginación, creación y expresión de un personaje.

La primera de ellas tiene que ver con la libertad física; la atención y sensibilidad, y la verdad en el escenario. En “el sistema de Stanislavski, primera proposición” se presentan detalles al respecto.

En esta oportunidad, revisamos la segunda proposición.

Vínculo entre lo físico y lo psicológico

Para Stanislavski, las acciones orgánicas se logran a partir de la conjunción de las expresiones externas o físicas y las sensaciones internas o psicológicas. Como bien lo menciona el autor, en cada situación física existe una motivación psicológica que la motiva.

Así pues, el máximo estado creativo interno del actor se alcanza cuando se logra el anterior vínculo, teniendo presente la construcción del personaje (la verdad del personaje, para ser más preciso).

Hay que tener presente que las acciones están definidas por la misma obra: el guion, la intención, los personajes, la narrativa, entre otras consideraciones. De ahí la importancia de construir el personaje en relación con los demás personajes, el contexto y la intención psicológica de la misma obra.

Recomendación práctica

Stanislavski propone un ejercicio para lograr este estado de creativa interna. Para ello, durante el proceso de entrenamiento, sube al escenario e intenta reaccionar a las situaciones del personaje pero desde tus motivaciones psicológicas: ¿cómo reaccionarías tú?

Luego, teniendo claridad y total conciencia de las razones, escala el ejercicio a las motivaciones del personaje. Todo se trata de hacer consciente y tangible las motivaciones psicológicas, que, a su vez, derivan en otras acciones físicas. La coherencia y cohesión en ellas deriva en la construcción y la presentación de la verdad.

Conclusión

En resumen, lo que propone Stanislavski es identificar en el personaje todas las acciones físicas y cómo estas se originan desde una motivación psicológica. Por ejemplo: ¿cómo reaccionaría el personaje si es víctima de una injusticia? o ¿Cómo camina el personaje, de acuerdo a sus cánones de belleza?

Para identificar lo anterior, primero sé consciente de tus acciones físicas y situaciones psicológicas.

Todo ello se puede resumir en la frase que se ubica en lo alto del Templo de Apolo: “Conócete a ti mismo”

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TITULO por Juan Carlos Morales Saldarriaga se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional. Basada en una obra en https://actorenformacion.blogspot.com.